Comprometidas con la igualdad y paz
Brindar atención integral a mujeres, niñas y niños víctimas de violencia familiar, a través de programas de intervención y prevención de las violencias.
Misión
Visión
Ser una fundación líder en la protección y acompañamiento de mujeres, niñas y niños víctimas, ofreciendo un espacio seguro donde puedan reconstruir sus vidas. Trabajamos para transformar realidades, promoviendo la justicia y la construcción de una sociedad libre de violencia.



Valores que nos definen
Nuestros valores se basan en la confidencialidad, fe, inclusión, transparencia y respeto. Pilares fundamentales que guían nuestras acciones y decisiones en cada paso que damos.
Principio que nos convoca a confiar y construir relaciones interpersonales basadas en la igualdad y equidad, con la esperanza de construir una cultura de paz.
Como institución nos es fundamental salvaguardar la información personal y documentación de las niñas, niños y mujeres. Para lo cual, contamos con distintos protocolos de seguridad.
Es uno de nuestros principios que fomenta la convivencia en un marco de tolerancia y no discriminación, en donde todas y todos somos iguales.
Dentro de nuestros espacios se promueve el respeto para la colaboración y coexistencia pacífica entre las y los miembros de la comunidad institucional; a partir de la consideración del otro y la otra en su forma de ser, pensar, sentir y actuar.
FE
CONFIDENCIALIDAD
INCLUSIÓN
TRANSPARENCIA
RESPETO
Desde un marco ético y moral nos comprometemos a brindar información y servicios de forma clara, honesta y con un lenguaje comprensible.
Nuestra historia
Nuestra fundación humanitaria se constituyo legalmente el 16 de diciembre 1999. Esta nació del compromiso y la necesidad de brindar apoyo a mujeres, niñas y niños víctimas de las distintas formas de violencias en el estado de Michoacán. Todo comenzó por la iniciativa de tres mujeres: Esperanza Morelos, Laura Suárez y la religiosa Alejandra Samaniego. Sensibilizadas por las historias de injusticia decidieron unir esfuerzos para crear un espacio seguro donde las mujeres, sus hijas e hijos pudieran reconstruir sus vidas.
Inicialmente, el proyecto surgió como una pequeña red de apoyo, ofreciendo orientación y acompañamiento a mujeres en situación de vulnerabilidad. Con el tiempo, el impacto de nuestro trabajo fue creciendo, y gracias a la colaboración de voluntarias y voluntarios, aliados estratégicos y la comunidad, logramos consolidarnos como una institución de asistencia privada (IAP) con dos centros de trabajo: Refugio y Centro de Atención Externo.
Hoy, nuestra fundación cuenta con programas de acompañamiento y prevención, que incluyen atención psicológica, asesoría legal, talleres psicoeducativos y refugio temporal. Nos enorgullece haber acompañado a las mujeres y sus hijos en su proceso, contribuyendo a la construcción de una sociedad justa, equitativa y en pro de los derechos humanos.
Seguimos avanzando con el firme compromiso de ser un refugio de fe y esperanza, donde cada mujer, niña y niño encuentre el apoyo, la escucha y las herramientas necesarias para transformar su proyecto de vida.

